lunes, 7 de marzo de 2011

DESARROLLO AFECTIVO Y PSICOSOCIAL



LA EMOTIVIDAD EN EL ADOLESCENTE.

La adolescencia es un PERIODO DE EMOTIVIDAD INTENSIFICADA. Emotividad intensificada = Estado emocional por encima de lo normal, para una determinada persona. Debe compararse la manera de reaccionar en un momento particular y la normal o habitual. 

La emotividad intensificada jamás permanece oculta, en los adolescentes se manifiesta en cierta clase de conducta: depresión, hábitos nerviosos, gustos melindrosos, peleas, estallidos emocionales, mecanismos de escape, etc. 
La emotividad intensificada tiene más a menudo un origen ambiental y social. Existe una necesidad de adaptarse a nuevas exigencias; en este periodo el adolescente manifestar probablemente sentimientos de inseguridad e incertidumbre, que lo predispondrán al exceso de emotividad.

El incremento de emotividad es característico sólo de uno o dos últimos años de la infancia y del primero o de los dos años iniciales de la adolescencia; momento en que es mayor el cambio evolutivo. Cuando el ritmo de desarrollo se hace más lento, la emotividad intensificada deja de producirse en forma cotidiana. Ésta alcanza su punto máximo entre los 11 y los 12 años.

Los adolescentes que se desvían notablemente de la norma (tiempo y ritmo) de maduración sexual, son los que tienen más probabilidades de experimentar un incremento perjudicial y prolongado de la emotividad. El aumento de emotividad es más pronunciado en los muchachos que en las muchachas debido a que se espera que resuelvan sus problemas con menos dirección. 

Los adolescentes que en su infancia padecieron perturbaciones emocionales debido a condiciones ambientales desfavorables, sobretodo relaciones deficientes con sus padres, tienden a experimentar más emotividad intensificada.

CAUSAS QUE PREDISPONEN AL AUMENTO DE LA EMOTIVIDAD:
1. Adaptación a nuevos ambientes.
2. Expectativas sociales de un comportamiento más maduro.
3. Aspiraciones carentes de realismo.
4. Ajustes sociales relacionados al sexo opuesto.
5. Problemas escolares.
6. Problemas vocacionales.
7. Obstáculos para hacer lo que se quiere.
8. Relaciones familiares desfavorables.





            PAUTAS EMOCIONALES COMUNES EN EL ADOLESCENTE.
Las emociones dominantes tienden a ser desagradables, principalmente el Temor y la Ira. Las emociones placenteras son menos frecuentes y menos intensas; sobretodo en los primeros años de la adolescencia.

MIEDO:
Pueden dividirse en 4 tipos los miedos durante la adolescencia:
+ Fenómenos naturales y objetos materiales.
+ Relaciones sociales (timidez y turbación).
+ Relacionados consigo mismo.
+ Lo desconocido.

Cuanto más importante es una cosa para una persona, mayores probabilidades hay de que lo invada el temor si cree que va a perderla o que no podrá  obtenerla.

La respuesta ante el miedo consiste en: rigidez del cuerpo y huida de la situación que produce temor. Cuando el joven está asustado se pone rígido, tiembla y transpira; si el temor es leve se ruboriza; si es más intenso, palidece.

PREOCUPACIÓN:
Forma de miedo que tiene su origen en causas imaginarias. Existe un elemento real pero exagerado fuera de toda proporción. "El hecho temido puede suceder, pero aún no se ha hecho presente". La preocupación es ESPECÍFICA. Varía en función del sexo. Por lo general el adolescente que está preocupado habla y pide consejo, pues la preocupación es más aceptable socialmente que el miedo.

La respuesta ante la preocupación consiste en: aspecto acosado; inquieto por algo no presente, se desatiende de lo presente; da la impresión de mirar al vacío.

ANSIEDAD:
Forma del miedo; la amenaza que promueve el estado de ansiedad es más a menudo imaginaria que real. Se distingue de la preocupación y del miedo en que es un ESTADO EMOCIONAL GENERALIZADO Y NO ESPECÍFICO. Con frecuencia tiene su origen en la repetición de diversas preocupaciones.

Pautas de conducta: infelicidad, desasosiego, depresión inexplicable, cambios de humor, irritabilidad, insatisfacción consigo mismo y con los demás.

IRA:
Los factores que estimulan con más fuerza a la ira en la adolescencia tienen que ver con la gente. Puede también presentarse como consecuencia de la interrupción de actividades habituales (sueño, estudio), fracaso en actividades emprendidas y proyectos frustrados.

La manifestación colérica depende del ambiente en el que el adolescente vive y se desenvuelve, más que de su edad y sexo.

En los primeros años de la adolescencia son frecuentes los estallidos temperamentales. El adolescente mayor se vale de ataques verbales en sustitución de agresión física.

FRUSTRACIÓN:
Es una respuesta a la interferencia en la satisfacción de alguna necesidad. Puede resultar de la privación que surge del medio o de la incapacidad del sujeto para alcanzar un objetivo. Es acompañada de sentimientos de impotencia; esto da lugar a una forma de ira leve o excesiva.

Las frustraciones más comunes se relacionan con: físico, salud, dinero, rasgos de personalidad e incapacidad para lograr objetivos.

Reacciones comunes ante la frustración: 1) agresión: extrapunitiva o intrapunitiva; 2) retraimiento; 3) conducta constructiva o reexaminación de objetivos.

CELOS:
Aparecen cuando una persona se siente insegura o temerosa de que su posición en el grupo, o en el afecto de alguien importante para ella está amenazada. El estímulo siempre es social. Hay dos fuertes elementos emocionales en los celos: miedo e ira. El gran valor que se atribuye a la aceptación social es fundamento de buena parte de los celos.

Reacción: típicamente verbal; sarcasmo, alusión despreciativa de quien se percibe como amenaza, así como comentarios despectivos respecto de las cualidades de éste.

ENVIDIA:
Es similar a los celos porque se dirige a un individuo, pero difiere en que lo que estimula la envidia no es el sujeto en sí, sino sus "posesiones materiales". Es sinónimo de codicia.

Reacción verbal: menospreciar el valor de las posesiones ajenas o ridiculizarlas; tratar de convencerse de que se está satisfecho con lo que posee. Puede conducir a la acción: robo furtivo o trabajo.

CURIOSIDAD:
Fuente principal de nuevos intereses es su propia maduración sexual y la de sus amigos. Por lo general el adolescente habla de las cosas que despiertan su curiosidad y hace preguntas al respecto.

AFECTO:
Estado emocional placentero de intensidad relativamente leve; tierna afición a una persona, animal (mascota) o a un objeto (raramente). Los afectos se estructuran a través de asociaciones placenteras.

PESAR:
Emoción desagradable, con efectos perjudiciales tanto en lo físico como en lo psicológico. Proviene de la pérdida de algo que es muy preciado y por lo cual el individuo ha desarrollado un apego emocional en razón de llenar una importante necesidad en su vida. Durante la adolescencia inicial es una de las principales causas de infelicidad.

El pesar es una nueva emoción para el adolescente y debe aprender a hacerle frente, ya que en su infancia tuvo mucha protección de sus padres. La mayor parte del pesar en el adolescente tiene un origen social; por pérdida (muerte, divorcio; ruptura de una relación). Puede asumir una forma leve y manifestarse como tristeza cuando no puede alcanzar algo que es importante para él. 

Pocos adolescentes muestran su pesar llorando en presencia de otros. Esta inhibición genera muchas veces un estado general de apatía.

FELICIDAD:
Es algo generalizado más que específico. Estado de bienestar y satisfacción placentera. Forma leve: euforia; forma más intensa: júbilo.

Causas de felicidad en la adolescencia:
+ Buena adaptación a una situación.
+ Sentimientos de superioridad.
+ Liberación de energía emocional reprimida.
+ Estado físico general.
Respuesta ante la felicidad: cuerpo y rostro revelan tranquilidad, la boca se curva en una sonrisa; cuando la emoción es fuerte la sonrisa da lugar a la risa.

LA INESTABILIDAD EMOCIONAL:
Se describe como "un estado de  ánimo fundamentalmente deprimido y angustiado".   Schenk-Danzinger opinan que los cambios de humor que se observan principalmente en las muchachas púberes varían de unas a otras y tienen una causa biológica: cambios endocrinos. 

Otra explicación es la siguiente: la muchacha púber observa ciertos cambios en su cuerpo y se vivencia a sí misma en una situación de tránsito de la infancia a la adultez. Por la problemática de roles y la consiguiente inseguridad acerca de su status futuro, la chica reacciona con inestabilidad; es decir, con una angustia general y con cierta ansiedad.

Al comienzo de la adolescencia, por el riesgo de considerar todavía al joven como niño o de imponerle, como si ya fuese un adulto, un rol que no es aún capaz de cumplir (esta sobrecarga puede despertar en él vivencias de fracaso); puede provocar un refuerzo de la inestabilidad emocional y una serie de crisis, dada la inseguridad general respecto de los roles.

Se necesita una actitud de espera y una exigencia de rendimiento adecuado a las energías y capacidad existentes; que aprovechen plenamente, por una parte, las nuevas disponibilidades corporales y psicomotoras; pero que eviten, por otra, toda carga y obligación que desborden las posibilidades del joven.


EFECTOS DE LAS EMOCIONES SOBRE LA ADAPTACIÓN ADOLESCENTE.
Toda experiencia acompañada de una emoción intensa puede ejercer una influencia profunda sobre las actitudes, los valores y el comportamiento futuro del individuo. Esta influencia puede ser favorable o desfavorable, dependiendo de la emoción suscitada, de su intensidad, de la experiencia anterior con esa emoción y de la preparación que se tenga para asumirla.

EFECTOS FAVORABLES:
+ Excitación y alivio.
+ Vigor físico y resistencia.
+ Motivación.


EFECTOS DESFAVORABLES:
+ Debilidad física.
+ Pérdida de eficacia.
+ Desajustes de la personalidad.
+ Hábitos emocionales.

EL CONTROL EMOCIONAL:
No significa represión ni eliminación. Significa aprender a encarar una situación con una actitud racional, responder a ella con la mente tanto como con las emociones y a obviar la interpretación de las situaciones de manera que susciten exageradas reacciones emocionales. Además significa frenar el desborde o la expresión verbal de las emociones. 

Llegar a controlar las emociones es una indicación de madurez emocional. Sin embargo, el solo mantenimiento bajo control de las emociones no es prueba de madurez; las emociones deben ser controladas a modo de obtener la aprobación social y, al mismo tiempo, de producir el menor daño posible, físico o psicológico, a la persona misma.

No se exige al adolescente que controle sus emociones en todo momento o en todo lugar; sino que aprenda cuándo puede expresarlas y cuándo debe controlarlas. Se espera que el control emocional aumente con la edad; se espera y se permite que los muchachos de todas las edades expresen sus emociones más abiertamente que las muchachas, con excepción del miedo.


EL ADOLESCENTE Y SU MUNDO INTERNO.
Durante la adolescencia, el joven se preocupa y comienza a estudiarse a sí mismo; medita acerca de su posición ante los que le rodean; examina en especial las relaciones que le vinculan a las personas de su confianza.
Esta facultad de introspección y de análisis del entorno se ve robustecida con el progreso intelectual; la calidad de estas funciones depende, en gran parte, del nivel intelectual general, relacionado a su vez, con el tipo de educación escolar y con la clase social a que el adolescente pertenece.

La índole y el grado de atención dirigida hacia sí mismo, así como del estudio de los propios sentimientos, deseos, tendencias y pensamientos, se ven determinados, fundamentalmente, por estos factores. La creciente preocupación por los propios sentimientos y pensamientos despierta también la comprensión de los procesos y problemas análogos que afectan a otras personas.

            DUELO POR LA INFANCIA PERDIDA.
Los cambios que el adolescente percibe en su propio cuerpo durante la pubertad, particularmente los referentes a los rasgos sexuales, atraen su atención con mayor fijeza porque le anuncian que ha dejado atrás la infancia y que está en camino de convertirse en adulto. 

Se hace consciente de la incertidumbre de su status actual; tiene que ir modificando su rol actual, abandonando las prácticas, intereses, conductas, etc., consideradas ya como "de niño".

Algunos adolescentes presentan problemas para abandonar estos patrones de conducta y de relación, y sufren por ello. Otros más se empeñan en aferrarse a los mismos, por ejemplo: las muchachas que sufren ANOREXIA (se cree que es un mecanismo utilizado para evitar crecer).


DESVINCULACIÓN DE LA FAMILIA Y DESEOS DE INDEPENDENCIA.

Al abandonar durante la pubertad el status de la infancia, se modifican también las relaciones y actitudes del adolescente respecto de sus familiares. Se va desprendiendo de la total sujeción que le había atado a sus padres, hasta entonces, y aspira a la independencia y a la autodeterminación. Se caracteriza al mismo tiempo, por una inseguridad respecto de los roles; por ello, busca nuevas vinculaciones dentro de grupo de iguales. El debido cultivo de los roles adecuados al estado de desarrollo acelera la desvinculación respecto de los padres.
Los deseos de independencia y la progresiva desvinculación respecto de los padres y de la familia, constituyen la manifestación de un cambio de rol y de la búsqueda de un nuevo status; se trata de la última fase de un proceso de desarrollo que se inicia en la primera infancia, cuando el niño comienza a desprenderse de la dependencia respecto de las personas que lo cuidan, y a aspirar a una formación personal de experiencias, así como al cumplimiento de sus propios deseos y planes.

Son muchos padres que aceleran, involuntariamente, en sus hijos la desvinculación respecto de la familia, así como el acercamiento descomedido a los iguales, cuando creen que ya no pueden dirigirles acertadamente, o cuando se enfrentan con ánimo intransigente a sus legítimas aspiraciones de autonomía. 

Aquellos padres que se angustian porque quisieran y no logran ver a sus hijos libres de todo riesgo, lo que consiguen en realidad es impedir una auténtica y sólida vinculación o causarles daños irreparables al fomentar en ellos un comportamiento GREGARIO, que los incapacita para tomar decisiones por sí mismos y llevar una vida independiente.

Por otro lado, el conceder demasiada libertad comporta ciertos peligros, sobretodo cuando falta una cariñosa comprensión: puede crear confusión y extravíos en la ya difícil búsqueda de un ajuste con el mundo de los adultos. 

La emancipación no sólo es deseable, sino también necesaria, incondicionalmente; hay que apoyar este proceso, a tenor de las necesidades y posibilidades del correspondiente nivel de edad, acompañada de una actitud fundamentalmente comprensiva y afectuosa.

Por una parte existe una comprensión racional acerca de la necesidad de conceder independencia al adolescente; por otra, se abrigan serios temores sobre la capacidad o peligrosidad de su uso. 

Es posible que el miedo a que se deteriore la relación afectiva desempeñe aquí un importante papel, cuando los padres impiden, consciente o inconscientemente, que los hijos "se liberen".

Las personas jóvenes se sienten constantemente en conflicto entre su deseo por ser independientes de sus progenitores y el darse cuenta de la forma en que realmente dependen de ellos. En su búsqueda de independencia, los adolescentes a menudo rechazan los intentos de sus progenitores para guiarlos, consideran sus opiniones como pasadas de moda e irrelevantes.

Además de los factores socioculturales, los factores educacionales (en especial la actitud educativa de los padres), deciden si ha de haber profundos conflictos, un proceso evolutivo crítico o un desarrollo libre de problemas, con una relación renovada, pero estable, entre padres e hijos.

CRÍTICA A PADRES Y ADULTOS:
Durante la adolescencia surgen conflictos y divergencias de opiniones, máxime respecto de aquellos sectores en los que el adolescente acumula nuevas experiencias y en los que quisiera imponer sus sentimientos de autonomía. Aquí se incluyen los problemas inherentes al comportamiento sexual, y a las relaciones con el sexo contrario, aparte de las cuestiones referentes a la moda, a los contactos sociales, a los problemas de la vida diaria.

Dubbe descubrió que son estos temas los que no se pueden discutir con los padres. Cuanto más pronto adopten las personas encargadas de la educación de los adolescentes una actitud fundamentalmente comprensiva y cariñosa; cuando mejor están dispuestas a apoyar las aspiraciones naturales de los jóvenes a la independencia y a evitar restricciones y prohibiciones innecesarias, tanto más fácilmente lograrán que éstos últimos ocupen la posición a la cual tienen derecho, sin chocar con sus familiares y profesores, y conservar los vínculos creados pero con las debidas reformas y modificaciones.

Allport considera que sólo hasta más o menos los 23 años la mayor parte de las personas puede entenderse con sus progenitores en una forma madura.

Mark Twain afirma: "Cuando yo tenía 14 años mi padre no sabía nada, pero cuando tenía 21 me sorprendió cuánto había aprendido el viejo durante esos siete años".
Tratando de encontrar sus propios valores en una sociedad confusa, las personas jóvenes se preocupan por la autenticidad de aquellos que observan como modelos. Están prontos a acusar a sus progenitores y profesores de hipócritas cada vez que se dan cuenta de cualquier incongruencia entre los ideales profesados y el comportamiento real. Las primeras imágenes de sus progenitores como seres perfectos y modelos omnisapientes, se derrumban y nunca más vuelven a aparecer. 

Desde esa época en adelante, los progenitores son solamente personas como cualquier otra. Pero debido a que una vez se les otorgó mucho más poder que a cualquier otra persona, se producen derrumbamientos de modelos ideales y ello llega a ser penoso.

Oscar Wilde en este sentido hace la siguiente afirmación. "Los niños comienzan por amar a sus progenitores. Después de un tiempo los juzgan. Excepcionalmente, si es que alguna vez sucede, llegan a perdonarlos".


CAMBIOS EN LA PERSONALIDAD.
Pocos adolescentes se sienten satisfechos con su personalidad. El deseo de mejorar es casi obsesivo. El adolescente está insatisfecho consigo mismo tal como es; esta insatisfacción alcanza su nivel máximo entre los 15 y los 16 años. Después se sienten más complacidos con las mejoras.

"Cambio" y "Mejora" no son sinónimos. Cambiar significa alterar o variar y no implica necesariamente que el cambio operado sea positivo. Mejorar significa CAMBIAR PARA LO BENEFICIOSO. El adolescente anhela un cambio que implique una mejora.

Los cambios pueden ser:
* Cuantitativos.- Debilitamiento o fortalecimiento de un rasgo ya existente.
* Cualitativos.- Un rasgo socialmente indeseable es eliminado del todo y se lo reemplaza por otro deseable; o viceversa. 

OBSTÁCULOS PARA LA MEJORA DE LA PERSONALIDAD.


Algunos son producto del propio individuo; otros están fuera de su control.

CREENCIAS TRADICIONALES:
El individuo "hereda" su personalidad; esto sofoca todo intento de cambio, pues cree que nada puede hacer para producir una modificación. La personalidad cambia en las épocas en que el cuerpo experimenta cambios extremos (adolescencia y climaterio).

ESTEREOTIPOS DE PERSONALIDAD:
Ciertas características positivas o negativas se vinculan con grupos raciales, religiosos u ocupacionales, con individuos de ambos sexos y con ciertos aspectos físicos. El adolescente que admite estos estereotipos llega a pensar de sí mismo en función de quien se vincula con su grupo, sexo o caracteres físicos; se supone que son hereditarios y al aceptarlos admite que es imposible modificarlos.

PERSONALIDAD IDEAL:
Si el adolescente se adhiere a un ideal poco realista es probable que todo termine en un gran desencanto y en la frustración. El núcleo del patrón de la personalidad es el concepto que el individuo tiene de sí mismo como persona. El otro componente son los rasgos específicos que caracterizan la forma típica del individuo de adaptarse personal y socialmente. 

En la adolescencia el patrón de personalidad es menos flexible pues el auto concepto está bien formado y las cualidades y actitudes son más numerosas y estables. A medida que el auto concepto adquiere mayor fijación, el adolescente se asigna un rol vinculado con el mismo.

            FACTORES QUE INFLUYEN EN EL AUTOCONCEPTO.

Éstos son:
ESTRUCTURA CORPORAL:
El adolescente sabe que su cuerpo (tamaño, adecuación al sexo y atractivo personal) llama la atención de otras personas y afecta sus reacciones hacia él; esto a su vez afecta su actitud hacia sí mismo.

DEFECTOS FÍSICOS:
El adolescente consciente de sí mismo piensa que cualquier defecto es notado por todos y de que lo juzgan desfavorablemente por eso. Cuando un defecto significa un impedimento, el efecto sobre el auto concepto es especialmente perjudicial (por ejemplo: ceguera, sordera, invalidez). Las imperfecciones físicas de menor cuantía pueden corregirse por lo general.

CONDICIÓN FÍSICA:
Un problema temporal o una condición más duradera influye en el auto concepto y en la forma en que se adapte el adolescente a su forma de vida.

VESTIMENTA:
Las prendas de vestir son un símbolo de status.

NOMBRE Y APODO:
No es el nombre en sí el que influye en el auto concepto del adolescente, sino la actitud de éste hacia el mismo; es decir, la manera de sentir del adolescente respecto de su nombre o apodo.

INTELIGENCIA:
La inteligencia promedio o algo superior al promedio permite al adolescente adaptarse con razonable éxito a la vida estudiantil. La inteligencia inferior al promedio y la brillante, influyen también en el auto concepto.

NIVELES DE ASPIRACIÓN:
El nivel de aspiración influye mucho en su auto concepto y determina si se ve a sí mismo como triunfador o como fracasado. Una ayuda educativa es incitar al adolescente a hacer una evaluación realista de sus aptitudes y a establecer niveles de aspiración razonables.


ESCUELA:

STATUS SOCIAL:
Popularidad, impopularidad. El status social es usado por los jóvenes para medir lo que valen; por lo que una mejora de posición social tiene como consecuencia la mejora del auto concepto.

INFLUENCIAS FAMILIARES:


            AUTOACEPTACIÓN Y AUTORRECHAZO.
Ya que pocos adolescentes están satisfechos con su personalidad, a muchos les es difícil agradarse y aceptarse.

La "auto aceptación" es el GRADO EN QUE UN INDIVIDUO DESPUÉS DE CONSIDERAR SUS CARACTERÍSTICAS PERSONALES, PUEDE Y ESTÁ DISPUESTO A EXISTIR CON ELLAS (Pannes). Debido a estas actitudes de auto aceptación la persona gusta de sí misma y piensa que también otros hallan en ella cualidades agradables; hay entonces una estabilidad en la manera positiva de considerarse (independientemente de la crítica o elogio).

El individuo que se rechaza a sí mismo no se quiere. Tiende a despreciarse y a creer que otros lo ven con hostilidad y menosprecio; no confía en sus propios sentimientos y actitudes, y su auto concepto oscila de acuerdo con el trato que le dan los demás.

EFECTOS DEL AUTORRECHAZO
Sus adaptaciones personales y sociales resultan precarias.

EFECTOS DE LA AUTOACEPTACIÓN
Buena adaptación. El adolescente bien adaptado disfruta de "armonía interior": Está en paz consigo mismo y con los demás; es razonablemente feliz como es y se adapta a la vida de conformidad. Esto no quiere decir que sea resignado o derrotista; simplemente que es un individuo realista. Una de las principales razones de que el joven se acepte aun cuando sepa que no es perfecto, es que lo demás lo aceptan.


NIVEL DE ADAPTACIÓN Y FELICIDAD:
La felicidad y la buena adaptación van de la mano. Además, como la buena adaptación depende de la auto-aceptación, la felicidad sólo puede alcanzarse cuando la persona está razonablemente satisfecha consigo misma. La infelicidad que experimentan muchos adolescentes desaparecería si éstos tuviesen un concepto más sano y más realista de sí mismos.

Los elementos esenciales de la felicidad son:
+ Aceptación de los demás.
+ Afecto.
+ Rendimiento.

¿EN QUÉ MEDIDA MEJORA LA PERSONALIDAD?:
Tiene que revisarse el patrón persistente de la personalidad y su relación con el nivel de adaptación personal y social, y el grado en que el adolescente es "feliz".
CONDICIONES QUE LLEVAN A LA MEJORA DE LA PERSONALIDAD:
+ Mejora de la condición física.
+ Cambios ambientales.
+ Presiones sociales.
+ Visión de sí mismo.


            CONDUCTA SOCIAL DEL ADOLESCENTE.
SIGNIFICADO DE LA SOCIALIZACIÓN:
La transición hacia la socialización adulta es difícil para los adolescentes porque las pautas de comportamiento social aprendidas en la infancia ya no se adaptan a las relaciones sociales maduras; tampoco los patrones de conducta social que los adolescentes aprenden como parte de la conducta juvenil. La "socialización" es el proceso de aprendizaje de la conformidad a las normas, hábitos y costumbres del grupo.

Para determinar si un joven es social, asocial o antisocial debe juzgársele tanto objetiva como subjetivamente. Objetivamente en función de su conducta, y subjetivamente en función de sus sentimientos y actitudes.

Un adolescente social tiene las siguientes características: 1) conducta que se conforma a las normas aprobadas por el grupo; 2) desempeño correcto de la función social prescrita por el grupo; 3) actitudes sociales que lleven a la conducta aprobada; 4) satisfacción personal derivada de la conducta social.
El adolescente asocial: debido a su ignorancia de las expectativas sociales, no puede adaptarse a los criterios de una persona social.

El adolescente antisocial: es consciente de las expectativas sociales, pero no se conforma a ellas porque no lo desea.

Todo grupo cultural establece sus propias normas con sus propias pautas para ayudar al adolescente a realizar la transición desde las actitudes y la conducta social de la infancia a la de adultos.

El valor de la socialización no se limita a la felicidad y al auto concepto favorable; influye en el grado de éxito que la persona logra en la vida. 

La razón más importante para fomentar la socialización en el adolescente es que el patrón de adaptación social establecido en la adolescencia quizá determine su nivel de socialización para el resto de la vida.

DIFICULTADES QUE PRESENTA LA TRANSICIÓN SOCIAL:
- Bases deficientes.
- Falta de guía.
- Falta de modelos aptos para la imitación.
- Falta de motivación.
- Diferentes expectativas sociales.
- Nuevas clases de grupos sociales.

Los cambios de conducta social tienden a producirse con lentitud mientras el adolescente estudia y vive con sus padres; esta transición se acelera normalmente en la última etapa de la adolescencia. 

La razón por la que necesitan tanto tiempo es que, si ha de conformarse a las expectativas sociales y lograr la aceptación, debe modificar toda la estructura social de su vida.


GRUPOS SOCIALES EN LA ADOLESCENCIA.
Tipos: social y antisocial.  Amigos íntimos, grupos.

IMPORTANCIA DE LA CONDUCTA SOCIAL EN LA ADOLESCENCIA:
Un adolescente tiende a atribuirles gran importancia a las actitudes y opiniones de otras personas, en especial a las que tienen su propia edad. La adolescencia es una época de interés creciente y urgente por las personas del sexo opuesto.

Es una época en la que se buscan un papel social apropiado y relaciones sociales satisfactorias que concuerden con los conceptos de sí mismo. Los adolescentes entre ellos mismos, son más sensibles, más discernidores y más involucrados personalmente con la otra persona; de hecho son más tiernos en sus relaciones interpersonales.

El adolescente mira hacia su interior; comienza a considerarse a sí mismo como una persona con un interés correspondiente por otras que lo impele a ver lo que son como personas.

Los amigos íntimos representan el nuevo interés por otras personas como seres humanos, a medida que el adolescente inicia el esfuerzo de interesarse analíticamente por sí mismo como persona, y conforme trata de definirse a sí mismo. 

Los amigos le brindan una oportunidad para tratar y llegar a conocer bien a una persona de su propia edad y sexo que se convierte, de hecho, en un laboratorio en el que puede contemplar a los otros y ensayar en él (o ella) sus propias ideas y percepciones. La influencia del grupo de coetáneos ofrece a cualquier cultura o sistema educativo una poderosa arma para orientar a la juventud. 

El grupo de coetáneos es bueno, porque a un adolescente le puede dar: seguridad, una oportunidad de status, y una sensación de pertenecer a un grupo. Le permite aprender algo sobre los derechos de otras personas entre sus iguales que se inclinan a sus propios intereses y expresión de sí mismo. Le brinda al adolescente un refugio del mundo adulto. Por último, el grupo de coetáneos actúa como una agencia de control y un lugar para aprender.

El ser en verdad miembro de un grupo representa, por un lado la aceptación de los miembros y, por el otro, un sentido emocional de pertenencia. 

Los grupos de adolescentes pueden ser efímeros o pueden tener una larga vida con gran vitalidad y continuidad de programa y actividad. Puede haber un sentimiento interno considerable de "nosotros" y de unión de grupo, o puede que se carezca de estas cualidades y parezca existir tan sólo para fomentar los esfuerzos individuales de los miembros.


TIPOS DE GRUPOS SOCIALES EN LA ADOLESCENCIA:
* Los PARES (que abarcan agrupamientos íntimos como el de madre-hijo, marido y mujer, una pareja de novios o dos amigos cercanos) pueden categorizarse como unisexuales o heterosexuales.
* El GRUPO PRIMARIO, el más típico de todos los agrupamientos de  adolescentes, se caracteriza por una asociación cara a cara, números reducidos, propósito no especializado, intimidad comparativa y permanencia relativa. Ejemplos: hogar, grupo de juego espontáneo, etc.
* El GRUPO PRIMARIO AMPLIADO es un grupo organizado íntimo cara a cara, limitado en cierto grado por un propósito especial y por el hecho de la organización. Ejemplos: tropa de boy scouts, clubes, asociaciones universitarias, etc.
* Los GRUPOS SECUNDARIOS carecen de la intimidad y asociación, y por lo normal de la mayoría de las otras características de los grupos primario y primario ampliado. Ejemplos: muchedumbre, asambleas, comunidades, corporaciones, etc.

Cualquier individuo es simultáneamente miembro de muchos grupos diferentes con diversos grados de importancia para él y en cada uno de ellos puede desempeñar muchos papeles distintos. Pero para el adolescente, los grupos en verdad importantes, psicológicamente, son los primeros tres, los grupos de asociación personal más íntima y cara a cara que forman una parte funcional integral de su vida cotidiana.

También pueden clasificarse a los grupos en términos de su función o hábitat, como el grupo recreativo, grupo de muchachos mayores, etc. Una clasificación de uso más común es la de: Pandilla y Camarilla.

Camarilla: Después de los 12 años es común este grupo. Es un grupo de pequeña participación de asociados que interactúan íntimamente y que están de acuerdo con la exclusión de otros de su grupo, y que poseen características similares de status social y de intereses. Reúnen a niños que son similares en historial, habilidades, valores y actitudes; suelen estar compuestos de individuos de la misma clase social. La mayoría de las camarillas se componen de pequeños grupos formados por pares, tríadas o sextetas que se mantienen unidas debido a las satisfacciones personales que los miembros obtienen de la compañía mutua. 

En el aspecto emocional las camarillas se caracterizan por la presencia de amistades íntimas y buena voluntad para la asistencia mutua, y por la unión en presencia de extraños.

            CAMBIOS EN LAS ACTITUDES Y EN LA CONDUCTA SOCIAL.
La edad de maduración sexual determina en gran medida cuándo han de ocurrir las modificaciones.
ACTIVIDADES HETEROSEXUALES:
El cambio más notable en la conducta social se da en el área de las relaciones heterosexuales. Se olvida el antagonismo sexual infantil y se desarrolla un agudo interés por miembros del sexo opuesto.

CONFORMIDAD CON EL GRUPO:
La conformidad se intensifica en la adolescencia, periodo en el cual los puntos de vista sustentados por el grupo de igual edad, son de enorme importancia. Es más manifiesta en la adolescencia inicial. Se expresa en variaciones de conducta, más que en cambios de opinión: en la manera de vestir, en el uso del lenguaje aprobado por el grupo, etc.

AFIRMACIÓN PERSONAL:
Cuando el adolescente adquiere mayor confianza en sí mismo se revela en él el deseo de aprobación y de atención. Desea convertirse en un individuo por derecho propio y alcanzar una posición en su grupo; descubre entonces que debe atraer la atención del grupo hacia sí mismo.

RESISTENCIA A LA AUTORIDAD ADULTA:
Es una de las formas más comunes de que se valen los adolescentes para afirmar su personalidad. Alcanza su índice máximo entre los 15 y los 17 años; después comienza a disminuir.

AYUDA A LOS DEMÁS:
Su experiencia como miembros de un grupo determinado: (pandilla, camarilla, etc.) les enseña que deben colaborar en él, como componentes del mismo.

PREJUICIO Y DISCRIMINACIÓN:
La discriminación social (snobismo o "prejuicio") es una actitud organizada y estructurada de una manera definible y consistente; una actitud que ocasiona, apoya o justifica la discriminación. Se compone de 3 elementos:
1. Creencia de que el que no pertenece al grupo o que difiere de algún modo, es inferior; en tanto que los componentes del grupo son superiores.
2. Acompañamiento emocional que va desde la indiferencia hasta la  hostilidad manifiesta.
3. Convicciones acerca del trato que se debe dispensar a los individuos "inferiores".
Los adolescentes "prejuiciosos" lo manifiestan mediante denuncias rudas y despiadadas contra quienes consideran sus "inferiores"; intencionalmente crueles. Esto interfiere en el desarrollo de actitudes sanas hacia sí mismos y hacia los demás. El efecto del prejuicio sobre el adolescente contra el cual se dirige es igualmente perjudicial. Como ha sido objeto de discriminación desde la primera infancia, tiene muchas actitudes desfavorables hacia sí mismo y hacia los integrantes del grupo discriminativo cuando llega a la adolescencia, además de que puede llegar a sentirse avergonzado de su propio grupo y a despreciarlo.

COMPETENCIA SOCIAL:
Significa la facilidad para tratar con personas y para actuar en situaciones sociales. Para ser socialmente competente, el adolescente debe conocer las pautas de conducta aprobadas para distintas circunstancias sociales y la manera de ejecutarlas. Las aptitudes sociales se adquieren tras experiencias en todo tipo de situaciones sociales y por la práctica durante un largo periodo. 

Para desarrollar la competencia social, el adolescente necesita:
1. Una guía en el hogar y en la escuela.
2. Oportunidades para poner en práctica lo aprendido.

La competencia social confiere al joven equilibrio y confianza en sí mismo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario