sábado, 9 de abril de 2011

Elección vocacional


Una de las tareas del desarrollo que el ser humano debe enfrentar, generalmente alrededor de la adolescencia, tiene que ver con la elección de una ocupación, profesión o vocación la cual -como afirmábamos  en un artículo anterior-  constituye una de las decisiones más  importantes a tomar.
Ahora bien, ¿qué es lo que hace de la elección vocacional un tópico tan prioritario?
No podemos perder de vista que invertimos la mayor parte de nuestras vidas desarrollando actividades relacionadas con el estudio y el trabajo.  De tal decisión depende en gran parte nuestro  futuro profesional y vital; más específicamente, de ella depende que seamos exitosos o no en el estudio y en el trabajo; que nos sintamos satisfechos o no en el estudio y el trabajo; que tengamos o no utilidad social; que tengamos o no empleo en el futuro; que contribuyamos o no con el desarrollo del país; que sintamos o no bienestar personal, que experimentemos o no crecimiento personal (Casado y otros, 2000).
No obstante, muchas veces tomamos decisiones contrarias a nuestras características personales, valores, motivaciones, metas, posibilidades, etc. y nos basamos en la moda,  el prestigio, la influencia de amigos, las presiones familiares, los personajes que vemos en los medios de comunicación, los gustos pasajeros, entre otros.
¿Qué podemos hacer para asegurarnos de que esta importante decisión sea lo más acertada posible?.
En primer lugar, debemos tener claro que la decisión es responsabilidad de quien la toma y no de quien nos ayuda a tomarla, bien sea un profesional como el orientador o psicólogo, el maestro o profesor, o un familiar, como nuestros padres.
En segundo lugar, tomar decisiones de cualquier tipo siempre se da bajo condiciones de incertidumbre, es decir, supone ciertos riesgos porque no podemos a priori controlar todos los factores involucrados.
En tercer lugar, para hacer una escogencia adecuada es necesario recolectar la mejor y mayor información posible, evaluar la misma y analizarla, tomando en cuenta que en su búsqueda  nuestra participación debe ser muy activa.
¿Qué información es necesaria y cómo recolectarla?
Información sobre nosotros mismos:  la recabamos autoanalizándonos, autoevaluándonos, tomando en cuenta lo que nos gusta y disgusta, precisando lo que sabemos  y no sabemos hacer, conociendo la opinión de los demás sobre nosotros.
Información sobre las posibilidades de estudio existentes en el país o en el extranjero:  podemos  recogerla consultando publicaciones, monografías, folletos; observando películas y programas audiovisuales, visitando instituciones, conversando con estudiantes, profesores y profesionales.
Información sobre las áreas del  desarrollo económico del país, y las profesiones y su campo de trabajo:  la recolectamos estudiando publicaciones,  visitando instituciones, entrevistando a personas autorizadas.
Esperamos  que esta breve discusión sea de utilidad, sobre todo a los jóvenes que  afrontan la necesidad de elegir una carrera y, por ende, una ocupación.  En el próximo artículo nos referiremos a los bloqueos personales que obstaculizan la toma de decisiones.


No hay comentarios:

Publicar un comentario